miércoles, 26 de agosto de 2009

(track 2) Me emociono al ver una teta amamantando una guagua y detrás de la teta una mujer con sentimientos y preocupaciones formales y dentro de ella el constante flujo-líquido-rojo a todo caudal por aquellos ríos llamados venitas o venas, parecidos a estas calles, en Santiago de Chile a 4 de agosto de 2009. Anoche llovió y se despejó un poco el cielo. Todo el smog de Santiago a tomar por culo, diría mi amigo español sentado a los pies de una estatua o en la puerta de su departamento en Murcia, los pies juntos y el humo saliendo por la boca. La micro me deja en la esquina y una vez dentro miro el ritual de mi abuelo, frente al closet cortando pedacitos de confort. A las 5 pasó el camión de la basura y a las 6, yo y José Ojeda, el padre de mi madre, jugábamos carioca, uno frente al otro y luego escoba y 26. Perdí. Luego gané. Luego volví a perder. En la tele hay una pobre negra hermafrodita o transexual, nadie lo sabe con certeza. El comité Olímpico internacional intentará sacarle los calzones. Por mientras la negra sigue corriendo y sacando metros y metros de ventaja. Entonces vuelvo al mantel y a las cartas. 23 a 5 en la escoba. Una vergüenza, pero no soy Jesse Owens corriendo en Berlín, entonces pienso otra vez en el sexo de la pobre negra mientras la tarde pasa plácidamente por mis orejas.